El panorama actual y los avances tecnológicos presuponen un gran augurio para las energías renovables. Es de suponer, en base a las políticas y necesidades actuales, que estas energías vayan en crecimiento en cuanto a eficiencia y alcance. Sin embargo, las necesidades particulares de cada nación indicarán las directrices a seguir. La inversión se dirigirá hacia las energías con más potencial.

Aunque en algunos países la energía hidroeléctrica ya representa la primera o la segunda energía renovable más utilizada, es de suponer que pueda transformarse en la principal a nivel global. La principal razón es su potencial ilimitado, ya que no contamina y genera energía de forma constante, además que se acumula.

Aunque esta clase de energía se aprovecha principalmente en proyectos privados como edificios o casas particulares, ciertos gobiernos han realizado acuerdos para establecer plantas fotovoltaicas en sus territorios.

Básicamente, la energía termoeléctrica se trata de cientos o miles de espejos reflectantes que, valga la redundancia, reflejan la luz solar y la dirigen hacia un centro común, el cual se calienta para generar procesos generadores que gases que hacen funcionar turbinas. Una de las más grandes, se encuentran en el desierto de Atacama, en Chile.

Casi todos los países del mundo tienen acceso al mar o al océano. Gracias a esto, es posible que accedan a este tipo de energía que aprovecha el movimiento de las olas. Requiere una gran inversión, pero la energía cinética del mar es sustancial.